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Me encanta este truco porque lo podemos personalizar al máximo. Lo llamamos "aceites esenciales", aunque en realidad se trata de componer el mejor aroma según tus gustos. Por ejemplo, si te gusta el olor a pino, puedes poner a hervir varias ramas de esta planta, dos hojas de laurel y una pizca de nuez moscada. Una vez haya hervido, puedes impregnar la casa con este aroma. Si te gusta más el olor a romero, hierve unas hojas de romero con un par de rodajas de limón y verás cómo la fragancia dura un par de días. Si prefieres comprar la mezcla ya hecha, utiliza un difusor a la hora de aromatizar la habitación, pues el olor se impregnará con mayor facilidad.