Depende de tu cocina (¡por supuesto!), pero también de tu gusto personal. Imaginar esas cocinas a las que se hace un lavado de cara con esmalte para azulejos y pintura para el frente de los armarios. Puedes cambiar la encimera y el grifo por otro que ahorre agua, también el fregadero. ¿Y con el suelo qué hacemos si no queremos hacer obra? muy fácil: cubrirlo con una gran alfombra vinílica que nos guste y quede genial en la nueva cocina. Hay muchas tiendas que ofrecen diseños a medida para que la alfombra encaje al milímetro en tu cocina. Además anota otra ventaja: funcionan estupendamente como aislante térmico, cosa que ahora no, pero cuando vuelva el frío, valorarás enormemente.
¿Y tú, qué opinas de esto de las alfombras en la cocina? ¿Lo ves o crees que es una locura? déjanos saber qué opinas dejando un comentario.