La principal función de un altillo no es decorativa, sino la de ganar espacio. Y para ello, no se concibe el espacio en metros cuadrados (superficie), sino en metros cúbicos (volumen). De este modo tenemos muchísimo más espacio de lo que imaginamos dentro de una vivienda. Por eso, la mayoría de altillos que has visto en fotografías de interiores se corresponden a viviendas pequeñas o muy pequeñas en las que se ha necesitado construir un altillo para ubicar el dormitorio y, así, aprovechar la superficie útil del suelo para las otras estancias del hogar (salón, cocina y baño).