Es importante que tu casa esté cerrada “a cal y canto” contra el frío. El otoño, igual que el invierno son estaciones deliciosas. Apetece mucho estar en casa para cocinar, ver series o simplemente vaguear en el sofá. Pero si el termómetro de tu casa no sube, la cosa se complica.
Para empezar tienes que prestar mucha atención a las puertas y ventanas. Un buen cerramiento será primordial para que los grados no se escapen. Si tus ventanas son viejas y no cierran bien, no dudes en invertir en unas nuevas con rotura de puente térmico. Así ahorrarás en calefacción y mantendrás a raya la posible condensación. Otras opciones más asequibles serían la instalación de contraventanas o incluso de burletes en las juntas. ¡Ah, y recuerda sellar las puertas, también la del garaje!