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¡Abre las ventanas a diario! Cuando nos duchamos o nos damos un baño suele acumularse vapor y humedad, especialmente en invierno cuando lo hacemos con agua caliente. Ventilar a diario es una obviedad, pero es tan necesario que merece la pena recordarlo. Aunque sea invierno, tienes que abrir la ventana después de la ducha. De no hacerlo, poco a poco la humedad impregnará las paredes del baño y se irá convirtiendo en un foco de moho.