Vives de alquiler pero tu casa actual no encaja en tus necesidades. Si quieres hacer obras, no podrás o tendrás que negociarlo con el propietario. Por eso no lo dudes más, comprar es tu mejor opción. Aunque suene a obviedad, uno de los beneficios de tener tu propia vivienda es que podrás hacer las obras y reformas que quieras sin que nadie te ponga limitaciones. Pero para no equivocarte en la elección, escribe una lista con dos columnas: necesidades versus deseos. Tus necesidades deben incluir cosas como la localización, la cercanía a colegios, el tipo de vecindario, el presupuesto, el número de dormitorios, los metros aproximados… los deseos deben incluir cosas que no sean esenciales como el estilo de la vivienda general, que tenga ducha o bañera, que tenga chimenea o estufa… todo esto podrás adaptarlo cuando tengas tu primer hogar en propiedad.