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El mármol, por su belleza natural, llena de personalidad cualquier espacio. El mejor acompañamiento es el que le deje brillar, como un diseño diáfano con muros divisores transparentes y la predominancia de los neutros. Si te decantas por el carisma del mármol, lo primero a tener en cuenta es que tu presupuesto debe ser algo elevado.
La piedra puede ser resbaladiza cuando está mojada, por lo que necesitarás encerar la superficie, sobre todo en las zonas más húmedas. El mantenimiento del mármol es algo más laborioso que los anteriores, ya que es un material muy poroso y pueden quedarse fácilmente manchas si se utilizan productos de limpieza abrasivos.