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En el caso de la factura del agua, la más reducida en este tipo de suministros, aparte de tomar duchas más cortas, otra buena idea para ahorrar puede ser ajustar la temperatura del calentador para reducir el consumo en un 10% en el mejor de los casos. Una optimización que hasta puede ser mayor cuando uno se ausenta de casa durante un largo periodo de tiempo. Para ello basta con ajustar el calentador a la opción más baja.
De todos es sabido la cantidad de energía que consume un electrodoméstico que no es eficiente ni comprometido medioambientalmente. Por eso, si llega el momento de una renovación de estos aparatos, lo mejor es decantarse por aquellos que más ahorren; sobre todo si tenemos en cuenta que electrodomésticos como la secadora, la lavadora o el lavavajillas tienen un uso constante y diario. Un truco: instalar el lavavajillas a la toma de agua caliente –si disponen de ella- y así los ciclos se acortan con lo que el lavavajillas consumirá menos electricidad al entrar ya el agua caliente.