Además del grado de eficiencia energética que tenga los equipos o electrodomésticos que tengamos en casa, así como del uso que se dé a los mismos, el consumo de energía doméstica también se ve influenciado por otra serie de parámetros como es el caso de la zona climática donde se ubique la vivienda (en regiones más frías, se disparará por ejemplo el gasto en calefacción), de la orientación de la misma (el sol natural puede ayudar a calentar algo la casa de manera gratuita) o de la calidad constructiva (esto es, si el aislamiento es el adecuado para no derrochar energía).
En este sentido también influye la superficie de la casa (no es el mismo gasto para un apartamento de 40 metros cuadrados que para una vivienda que supera los 200), además del número de personas que vivan en ese domicilio ya que el consumo se incrementa como es lógico.