A favor de las cocinas abiertas -y comunicadas con el salón o comedor- están los que piensan que mejoran la comunicación, que son más prácticas y que además exprimen mejor los metros, especialmente en apartamentos o pisos muy pequeñitos.
Los que apuestan por las cerradas, en cambio, saben que su baza es un mejor control sobre el problema de la humedad, el desorden o los olores.
Nosotros vamos a ser muy neutrales y os vamos a proponer lo mejor de las dos. ¿Por qué no apostar por una cocina semiabierta? te puedes servir de puertas correderas, paneles móviles, muros de cristal o incluso una combinación de hierro y cristal, ¡que ahora es de lo más top! así disfrutamos de todos los beneficios de una cocina abierta que, llegado el caso, se puede cerrar. ¡Y aquí no ha pasado nada!