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Probablemente, lo que más llama la atención de una cocina abierta al exterior son sus vistas panorámicas. Especialmente si lo que hay delante merece ser observado, como por ejemplo: un jardín, un porche o una terraza bien acondicionados. Las puertas correderas y acristaladas, que son las que se suelen ponen en este tipo de cocinas, crean una fantástica sinergia entre los dos ambientes, un auténtico “escaparate” al exterior.