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Imagina una cocina en la que también hay una pequeña zona de office o comedor, o una que se instala en una zona de paso como el pasillo, o completamente abierta al salón. Una o varias alfombras, pueden servir para delimitar la zona de cocinar de la de comer y separar no sólo de manera visual, sino también práctica, cada ambiente. Van genial en la zona de comedor: atrévete a poner una, y deja de sufrir por el suelo y las salpicaduras de ketchup, vino, cacao o aceite.