La madera nunca falla. Sin duda, es el material que más calidez ofrece y por tanto, un acierto en cualquier espacio de la casa. Además, en cocinas abiertas al salón es perfecto porque da sensación de continuidad al espacio.
Aunque muchos aún tenemos ciertos reparos a la hora de incluirlo como suelo de la cocina, lo cierto es que puedes hacerlo sin temor. Eso sí, hay que elegir una madera acorde a la cocina, y esta además debe estar tratada de forma especial. Piensa que en la cocina se caen líquidos, aceites, comida... Que va incrustándose en el suelo y por eso, un suelo de madera en la cocina debe estar especialmente protegido.
Si optas por laminados sintéticos, acertarás de pleno. Porque tienen la estética de la madera y la practicidad de un suelo más duradero y fácil de mantener.