Da mucha pereza limpiar la cocina cada noche, pero es la única manera de no ir del revés al día siguiente. ¡Menudo palo levantarse por la mañana y ver la pila hasta los topes de cacharros! ¿Y lo de no encontrar ni una taza limpia? ¡Qué horror! para evitarlo, después de cenar, intenta que todos colaboren en recoger la cocina, fregar los platos, o programar el lavavajillas para que, aprovechando la tarifa nocturna, la máquina haga su trabajo por la noche. También podéis cargar la lavadora con la ropa, el suavizante y el detergente, a falta de darle al botón justo antes de salir de casa por la mañana, para que el ruido no os moleste por la noche y se pueda tender al volver del trabajo. ¿Otros consejos que también son muy útiles? darle un repaso al suelo con la fregona si hay manchas (o se derramó el agua al pasear la regadera por la cocina), y por supuesto, tirar la basura todos los días para que no se acumule, provocando malos olores y otros problemas que ya conoces.