Esta premisa es muy falsa. Hoy por hoy, ante la posibilidad de hacer una reforma en casa, una de las prioridades debería ser mejorar la eficiencia energética. Unos cerramientos que no aíslan bien nos hacen consumir más energía de la necesaria para climatizar la vivienda. Y eso es dinero perdido que pagamos cada mes en la factura de la luz o gas. Por eso, las ventanas son una de las partidas presupuestarias en la que vale la pena ser generoso/a
Si optas por ventanas de aluminio es altamente recomendable que tengan rotura de puente térmico. Las de PVC tienen buenas prestaciones y las de madera aíslan mucho, pero necesitan un mantenimiento periódico. Luego está el tema de elegir los cristales, que es casi tan importante como la carpintería. Hay que valorar la zona geográfica en la que vives y la orientación de la fachada en la que se va a situar la ventana. En función de eso, deberás escoger entre un acristalamiento simple, doble o incluso triple.