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Cuando se habla de este tipo de energía se hace sobre todo de un abastecimiento que al final resulta mucho más económico que si, por ejemplo, se compara con la electricidad para dar uso a servicios como la calefacción, el agua caliente o el funcionamiento de la cocina. Y es que apostar por el gas natural es apostar por ventajas tales como:
- Ahorro: un precio estable que hace que sea un suministro económico
- Agua caliente al instante y un servicio de calefacción confortable y homogénea en toda la casa pudiendo programar o regular la temperatura de cada estancia según las necesidades de la familia en cada momento.
- Una energía limpia y más segura gracias a las revisiones que se hacen de manera periódica
- Una instalación de lo más sencilla y sin grandes problemas de obras en casa. Además, es más barato de lo que uno piensa.