No solo se trata de gestos que hagas por ti mismo. También llevando a cabo los quehaceres diarios, e incluso usando de forma responsable los electrodomésticos, tu vivienda ganará en eficiencia energética. Por ejemplo, cuando vayas a cocinar y estés usando el horno, no te dediques a abrir la puerta cada cierto tiempo si no quieres desperdiciar un 25% de energía acumulada; y usa el microondas y la olla a presión para ahorrar hasta un 70% y un 80% de energía respectivamente.
En el caso de que tengas caldera o calentador, regula la temperatura de los grifos para que estos no suban de 35º; cuando te vayas a duchar, cierra el grifo cuando te estés enjabonando; mantén la temperatura del frigorífico entre 3ºC y 7ºC y la del congelador a -18ºC y usa el programa de la lavadora de agua fría o de temperatura menor a 30ºC. Por la noche, nada de dejar ordenadores o el televisor en modo stand by; apágalos del todo.