Más allá de lo estrictamente económico, hay hábitos que sin darte cuenta realizas muy a menudo, y que te están costando dinero... Por ejemplo, el tema del aislamiento. No es que tu casa vaya a estar más bonita por cambiar las ventanas, es que vas a ahorrar y mucho en energía. Por eso blinda tus puertas y ventanas contra el frío, y lo notarás prácticamente de inmediato. Colocar filtros en los grifos es algo también fácil, igual que cerrar un poco la llave de paso para que el consumo se reduzca de golpe. Y si vas a cambiar de grifo, apuesta por el que directamente abre en agua fría. ¿Sabías que cocinar algo en el microondas sale bastante más barato que encender el horno? no abras la nevera y te quedes pensando en el menú, cada vez que abres la puerta estás desperdiciando energía.