La luz es fundamental para disfrutar de un dormitorio, te da vida y alegría. La luz natural debe ser potenciada al máximo. Para la protección contra la luz solar, la mejor opción serán los aislamientos con lamas regulables, ya que pueden orientarse para elegir la cantidad de luz que entra en la habitación y, a la vez, dan privacidad.
En cuanto a la luz artificial, el dormitorio no se concibe solo como lugar donde descansar y la iluminación que instales debe adecuarse a tus usos: si tienes un minivestidor, si lees por las noches... Tienes muchos sistemas para elegir: desde lámparas de techo, de pie, incrustadas... Asegúrate de que la luz quede bien repartida y que tienda a ser anaranjada, ya que esas son las bombillas que no alteran tu descanso.