Cuando se busca el confort en casa, uno quiere dejar de lado el ahorro económico; sobre todo en los meses más duros del invierno en que se dispara el uso de la calefacción. El gas natural es una energía que permite optimizar la economía doméstica ya que en comparación con el resto de las alternativas, garantiza un precio más barato en lo que respecta al kWh, lo que se traduce en ahorro mes a mes. Además, es la energía con los precios más estables de los últimos 15 años.
En el caso de su empleo para su calefacción sus principales puntos fuertes son su potencia calorífica, se obtiene una calefacción confortable y homogénea en toda la casa pudiendo programar o regular la temperatura de cada estancia con un termostato, además de ser un suministro continuo por lo que nunca tendrá ningún tipo de interrupción en el mismo y mucho más seguro gracias a sus revisiones periódicas.