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Visto en: JD7 GROUP
Misma operación que con los estropajos deberíamos hacer con las esponjas que además están en contacto con todo nuestro cuerpo. Tenemos la costumbre de no escurrirles el agua y menos aún de secarlas al sol después de usarlas. Total que dentro de ellas viven patógenos de lo más desagradables capaces de desarrollar bacterias, infecciones y mohos. Lo mejor es hervirlas de vez en cuando, sacarlas al solete y cambiarlas muy a menudo. En un año deberías estrenar entre 3 y 4 esponjas. Haz cuentas y calcula cuando estrenaste la que tienes en la ducha.
¿Y tú, conocías la caducidad de estos objetos que todos tenemos en casa? ¿Hay alguno más que puedas sumar a la lista? esperamos tu aportación en los comentarios.