Sin personalidad
Como he comentado, el mueble de TV ya estaba comprado, pero se veía algo apagado dentro de todo el espacio. Se trataba de una de las colecciones básicas de Ikea, pero se le podía sacar mucho partido cambiando alguno de sus elementos. A la vez, disponían de poco espacio de almacenamiento para el menaje de comedor. En cuanto a las paredes, todas estaban en blanco, dando la sensación de un espacio algo frío y sin personalidad. Tampoco tenían una mesa amplia para hacer comidas con más personas sin que molestase en la zona de circulación. El salón recibe mucha luz gracias al gran ventanal; sin embargo, era un lugar algo pobre, vacío y sin estilo. Es el primer lugar hacia el que se mira nada más entrar en el salón y ¡eso había que explotarlo al máximo!