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Como su propio nombre indica, esta operación consiste en extraer los gases indeseados (no condensables) de los circuitos internos del sistema. Estos gases pueden generar múltiples problemas, defectos invisibles que con el tiempo terminarán originando desperfectos graves. Por ejemplo:
- Calentamiento de la válvula de descarga del compresor. El incremento de la temperatura del sistema frigorífico, sobre todo por su parte superior, genera residuos orgánicos que pueden dañar esta pieza.
- Acumulación de humedad. La humedad termina por estropear las partes más frágiles de los equipos.
- Congelación interna. Si el equipo no funciona correctamente, puede acumularse hielo en algunas partes y atascar los circuitos.
Para evitar estos problemas, es fundamental someter a los equipos a un buen mantenimiento. Y la primera medida es hacer el vacío al aire acondicionado un año después de su instalación. Si quieres saber más sobre cómo mantener en forma tu equipo, te aconsejamos que leas este artículo donde te contamos qué hacer cuando el aire acondicionado no enfría.