Con eso de que ponemos mucho el lavavajillas y que apenas fregamos, nos olvidamos de que los estropajos son un nido de microorganismos vivos. La teoría dice que hay que lavarlos con agua y lejía, o incluso meterlos en el microondas para freír literalmente los bichos, pero lo cierto es que no lo hacemos casi nunca. Es una barbaridad que acumules un estropajo o cepillo de fregar durante meses. cámbialo máximo cada 15 ó 20 días y, por supuesto, si habéis tenido alguna infección en casa, mucho antes. Después de usarlo hay que escurrirlo y secarlo al sol. Aquel invento de las alfombrillas para fregadero tampoco son lo más higiénico del mundo ¡enseguida se llenan de hongos! mejor que usarlas es invertir en un fregadero con alta tolerancia al rayado, resistencia al impacto y el calor. ¿Nuestros favoritos? los sintéticos de resina con entre un 70 y un 90% de cuarzo.