Cada 6 meses o una vez al año. De nuevo, los plazos dependen de cada caso. Si las placas no reciben excrementos de pájaros a menudo o no es una zona donde haya mucho polvo, en condiciones normales basta con limpiarlas cada 6 meses. Si la instalación está un lugar con mucha contaminación, arena en suspensión, polvo abundante, lluvias, hojas secas, etc., será necesario limpiarlos 3 y hasta 4 veces al año. Y por supuesto, después de determinados fenómenos ambientales o meteorológicos (llegada de polvo del desierto, tormentas con rotura de ramas y hojas, lluvias torrenciales con barro...) habrá que someter a las placas a una limpieza y una revisión a fondo.
Limpiar placas solares es una tarea cansada, y en la mayoría de los casos conlleva cierto riesgo. Conviene valorar la opción de contratar a profesionales para llevarla a cabo: nos garantizarán una limpieza perfecta y con todas las medidas de seguridad. Tenlo en cuenta si quieres que tu instalación rinda al máximo, y se mantenga en perfectas condiciones durante muchos años.