Ahora piensa en cómo sería una ducha de pared a pared, sin importar medidas y a ras de suelo, revestida con el pavimento del resto de la estancia. Estamos hablando de las duchas de obra y son una verdadera maravilla porque convierten las duchas en algo completamente invisible e integrado con el entorno.
Estas duchas eliminan la barrera con el suelo y las paredes, usando una estética que ya se empleaba en las termas romanas y la antigüedad clásica. Ahora bien, para que esto sea posible, el suelo debe estar inclinado. Sin una inclinación adecuada no lograremos un desagüe correcto. Así, es un trabao que siempre debe realizar un profesional, pues de otra forma podríamos tener problemas de estancamiento de agua.
En cuanto a los revestimientos, como comentábamos, podemos usar los mismos que se usan en el resto de la estancia, desde porcelánico hasta microcemento. Ahora bien, tendiendo en cuenta que estamos ante una zona de agua, es recomendable buscar siempre materiales que nos ofrezcan cierto nivel de antideslizante. Comentemos siempre a nuestro proveedor la intención de realizar este tipo de obra para saber cuáles pueden ser las recomendaciones.