El presente de la arquitectura está ligada a la realidad virtual, una herramienta que ayuda en nuestro despacho a concebir mejor el espacio y presentar el proyecto a los clientes. Nunca antes había sido tan fácil, ni mejor, para el arquitecto presentar su obra, ni para el cliente visionarla. Porque es cierto que nuestro trabajo requiere un capacidad de visualizar los espacios que en muchas ocasiones es difícil de transmitir a los clientes no acostumbrados a ello. Y es aquí donde se genera el punto de inflexión frente a esta nueva realidad.
A través de nuestras gafas de realidad virtual son muchas lo puntos que se convierten en entendieses de una manera muy natural: la relación del proyecto con la realidad preexistente, la visualización de los espacios y su relación entre ellos, las composiciones de las fachadas, la toma de decisión de los materiales, la iluminación en relación a la hora del día y un largo etc…