Reciben este nombre porque se diseñan siempre de acuerdo al concepto bioclimático. Este concepto se basa en crear estructuras y soluciones basadas en las condiciones del clima, aprovechándolas en nuestro beneficio. Por tanto, las pérgolas bioclimáticas se adaptan a la climatología y las condiciones atmosféricas de la zona donde se elevan y del momento concreto. Y sacan partido a elementos como los rayos del sol, la lluvia o el viento. Este tipo de estructuras también cuentan con sistemas de desagüe, que evitan que el agua se acumule en su parte superior. Una forma de techar pérgola un tanto diferente a las maneras convencionales.
Antes de pasar a tratar a fondo el concepto de pérgola bioclimática (inconvenientes y ventajas, sobre todo), veamos qué tipos básicos existen. Conocerlos te ayudará a definir tu elección.
Tipos de pérgolas bioclimáticas
- Pérgolas bioclimáticas de lamas orientables. Son las más populares. El cerramiento superior está formado por lamas que giran en torno a un eje, pudiendo ser posicionadas en distintas posiciones. Esto permite cerrar el paso al la lluvia o la nieve,y abrir ranuras para favorecer la ventilación cuando el calor aprieta.
- Pérgolas bioclimáticas de lamas fijas. Son más habituales en establecimientos de hostelería: terrazas de bares y restaurantes, espacios para celebraciones... Son más robustas y resistentes, muy indicadas para zonas donde las nevadas y los aguaceros son frecuentes.
Elegir un tipo u otro depende de distintos factores: ubicación, espacio a cubrir, presupuesto... Uno de los aspectos más importantes es el precio de las pérgolas bioclimáticas. Son estructuras costosas, pero suponen una excelente inversión. ¡Haz números antes de decidirte!