x
Visto en:
Pexels
Esta solución también es muy adecuada, porque la integridad de las pinzas de plástico comienza a ser peligrosa conforme va pasando el tiempo y cuando se rompen liberan al medio efectos nocivos y perjudiciales por mucho tiempo. Esos trozos o fragmentos rotos, normalmente, no los recogemos si han caído a la calle ni los depositamos en el contenedor amarillo, quedando los fragmentos a la voluntad del agua de la lluvia que los arrastre.
La solución está en utilizar pinzas de madera, ya que la madera proviene de un recurso renovable y nos da a todos la posibilidad de retener una pequeña cantidad de dióxido de carbono en los tendederos.