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Natalia Figueiredo Inspirações
Si lo que realmente te apetece es sentirte relajado en una atmósfera muy íntima, una piscina interior tipo “cueva” puede ser la solución ideal. En esta clase de piscinas se juega, además de con la temperatura del agua, con los distintos efectos que puede producir la luz o las sombras. El gres porcelánico nos permite experimentar con los colores y diseñar una piscina totalmente personal.
Ya sabes, color azul para incrementar la sensación de frío o rojo para la de calor.