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La Comisión europea estima que hasta el 20% de la población sufre de asma y otras enfermedades alérgicas causadas por sustancias típicamente presentes en ambientes interiores.
Según el informe “Air quality in europe - 2016 report” de la Agencia europea de medio ambiente, en la europa de los 28, las muertes prematuras atribuidas a la exposición de agentes contaminantes del aire ascendieron a 520.000 en 2013.
Los síntomas que se relacionan con una deficiente calidad del aire en el interior de un ‘edificio enfermo’ son: dolor de cabeza, mareos, náuseas, fatiga, piel seca, irritación de ojos, congestión de senos nasales y tos. Por otro lado, un aire de poca calidad provoca disconfort, pudiendo afectar, además, en el estado de ánimo.