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Visto en: Gespronor
No, las mismas pero renovadas. Muchas veces, las puertas de roble con los años suelen coger un colorcillo anaranjado que, la verdad, no les favorece nada. Lo mismo pasa con las antiguas y con solera, son puertas preciosas que da mucha pena cambiar por nuevas. En esos casos, una manita de pintura a la tiza les sienta de perlas. Como esta pintura es muy espesa y no gotea, hasta se pueden pintar sin tener que levantarlas.
Al tratarse de muebles con un trote considerable, se recomienda una mano de imprimación previa, pero ¡nada de lija! tras un par de manos, tenemos una puerta que en nada se parece a la vieja. Puedes dejar las viejas bisagras y manillas sin pintar, aprovechar para ponerlas nuevas o, mejor aún, ¡pintarlas!