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Si dispones de un recibidor grande, puedes hacer que no solo sea una zona de entrada y paso, sino tu sitio para relajarte de vez en de cuando.
Puedes dedicar, por ejemplo, una pared entera al orden con las ideas anteriores: con su cómoda, su zapatero o sus estanterías y sus perchas; y otra pared con una lámpara de pie y un pequeño sillón para sentarte a leer o simplemente a quitarte los zapatos cuando entres en casa. Si además añades una alfombra pequeña bajo el sillón, delimitarás el espacio y crearás un recibidor acogedor y cálido.