Si por algo nos gusta el verano es por la cantidad de sol y horas de luz que se recibe por el día. Deja que entre a raudales en tu casa pintando las paredes de un sereno color amarillo. Es lo que han hecho en este recibidor que se abre a un salón, y a la vez se conecta con la cocina (al no tener paredes ni puertas). Siendo el espacio tan amplio, pero a la vez indeterminado, es la columna de obra la responsable de concentrar la decoración en un mismo espacio. ¿Y qué tono de amarillo? el minion es el que más favorece en verano. El mostaza se agradece más en los meses fríos. Pero la carta es inmensa: hay amarillo girasol, limón, oro, curry, ocre... Pídele al pintor que haga varias muestras en la pared antes de decidirte por el tono perfecto. Lo que está claro es que, igual que el gris suave o el blanco, es un color que siempre llena de luz cualquier habitación, independientemente de su tamaño.
¿Y tú, sueles adaptar la decoración de tu casa a las distintas estaciones del año o prefieres un ambiente atemporal que sirva todo el año? nos encantará saber qué opinas. Anímate a participar con tu comentario.