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Visto en: Daniel Alonso
Es como el Desembarco de normandía. Cuanto más acondicionado esté el hall, menos caos habrá en la casa. Los zapatos, mochilas, abrigos... Que sueltan los niños nada más abrir la puerta tienen su lugar en un recibidor preparado para ello. Si por el contrario, no está acondicionado, lo más seguro es que lo dejen tirado todo por el salón, pasillo o su habitación. Si lo hubiera sabido antes, habría hecho con más cariño el hall, aunque aún estoy a tiempo...