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El recibidor es lo primero que se ve al entrar a tu casa. Esa primera impresión, además de transmitir mucha información, te predispone a una determinada energía. Por ejemplo: si al entrar te encuentras con un recibidor ordenado y bonito, la energía es positiva y armónica. Si el recibidor está recargado, la energía se vuelve más negativa, te predispone al agobio, además de verse cutre.
- Solución: busca el equilibrio y aplica el principio de menos es más. Más vale dos objetos bonitos y con presencia que atiborrar el espacio de accesorios decorativos. En el ejemplo de la imagen, quizás sobran tanto el perchero superior como los objetos de debajo del mueble, ¿no crees?