Un excelente ejemplo de cómo un salón sin vida puede convertirse en un lugar lleno de estilo y color. Un proyecto que comienza en un espacio con algunos muebles que los propietarios querían seguir manteniendo, pero al que se le suman nuevas propuestas que aprovechan la luz natural, que es mucha, así como el espacio.
El proyecto de interiorismo realizado comienza cambiando las puertas y cajoneras del mueble de TV. Llega la combinación de colores y materiales para conseguir así un toque diferente. Se incorporan nuevas piezas como el aparador para poder guardar todo el menaje. Además, se apuesta por un color nuevo para algunas paredes, como la gris, con un tono oscuro casi negro que da un toque actual al ambiente.
En otra de las paredes, la del sofá, se opta por un panel de piedra que hace que ese rincón tome un aspecto muy personal. Además, si nos damos cuenta, en la zona de comedor, la pared vuele ha ser negra para resaltar así la mesa y las sillas.