El primer paso es esencial: no podemos reformar a lo loco, más si tenemos en cuenta que las reformas nos van a tocar el bolsillo. Lo cierto es que cuando vivimos en una casa este paso es sencillo, porque con la convivencia, uno se da cuenta de los defectos de las personas y con las casas pasa algo similar. Seguro que a medida que pasan los años te das cuenta de que te falta almacenaje, de que esa cocina necesita un pequeño retoque o de que el suelo de tu casa está para cambiar.
Te recomendamos que observes, que mires y analices. Si tienes claro qué quieres cambiar, adelante. Si no, tienes que priorizar, pon en una lista todo lo que te gustaría reformar o cambiar y ordena por preferencia. Es posible que quieras un gimnasio en casa, pero quizá el baño está pidiendo un cambio inminente de bañera por plato de ducha.