Es verdad que los colores neutros son más fáciles de combinar. Pero por esa regla de tres, nuestro armario estaría lleno de pantalones beige y camisas blancas. ¡Qué aburrimiento! y si me gusta una camiseta amarilla, ¿no me la puedo comprar por si me aburre? no tiene sentido.
Seamos sinceros. No vamos a comprar un mueble de diseño de gran valor de color amarillo limón (a no ser que nos enamore, claro está). Pero eso no nos impide jugar con el color y aplicar a nuestra propia casa un estilo personal y único que nos identifique y nos haga sentir cómodos. Si te fijas bien, las estancias con más estilo tienen colores intensos. Rojos, grises... (recuerda que este año pantone nos ha marcado como color del año el verde “greenery”). Equivocarse con el color es sencillo, pero como casi todo en la vida, tiene solución. ¡Atrévete a probar!