Una casa se hace tuya de verdad cuando refleja cómo eres. No hay formas correctas o incorrectas de dar carácter a un hogar, sino todo lo contrario. Las casas deben contar sus propias historias y también las de sus dueños. Si vivimos solos, si tenemos familia, si necesitamos un espacio para trabajar en casa, si pasamos mucho tiempo dedicados a alguna afición. El mejor consejo que te podemos dar es que te atrevas a probar siempre. Mezcla piezas nuevas con otras viejas, madera con metal, clásico con más moderno... Los espacios que no buscan la coordinación más absoluta son los que más atraen y los que más preparados están para seguir cambiando conforme tus necesidades (y las de tu familia) lo requieran. Al final lo más importante es conseguir un hogar que con su equilibrio y belleza nos haga sentir bien. ¿No estás de acuerdo?