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Visto en: Farnsworth Arquitectura
En todas las casas el ahorro comienza fijándonos en la factura relativa a la energía. Una caldera de gas es más económica que una de luz, por ejemplo. Aunque lo fundamental es conseguir una temperatura que nos haga estar cómodos y calentitos sin derrochar energía. Revisa electrodomésticos y apaga los que estén en stand by (ya sabes: el pilotito encendido). Plantéate invertir en otros de clase A+++ y verás como lo notas enseguida. Lavadoras y lavavajillas pueden trabajar igual con programas más cortos o en frío. Por cierto, nada de medias cargas, siempre llenos. Revisa la potencia que has contratado, cambia las bombillas por otras de bajo consumo, y valora contratar una tarifa de luz que se adapte a tu vida (no al revés).