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Uno de los objetos de la casa que más sufre con la llegada de invitados es la alfombra del salón. ¿La tuya es blanca y ahora parece gris, llena de manchas? entonces este truco será muy útil para ti. Estila bien la alfombra y añade sal o incluso bicarbonato sódico. Enrolla la alfombra y deja actuar durante un día. Es posible que si las manchas son muy profundas, aún haya resto de ellas, así que añade en un cubo agua caliente y amoniaco y vierte la mezcla directamente sobre la mancha, con la ayuda de un cepillo, frota (sin pasarte) sobre la mancha. Deja actuar unas horas hasta que se seque. Verás qué resultado.