Es momento de hablar de los materiales de insonorización, que al final, como vemos, son los que marcan un poco las diferencias entre los presupuestos.
Espuma acústica: es un material aislante con forma de cuña o pirámide que es muy efectivo para absorber el sonido. Suele usarse en locales más comerciales, de ensayo, espacios donde se va a tener un nivel de ruido considerable. Se adhiere a las paredes en forma de paneles, aunque también pueden colgarse en techos o en esquinas. ¿Podemos usarlos en casa? si somos músicos y queremos crear una habitación en la que podamos tocar sin molestar excesivamente a nuestros vecinos, sería una buena opción.
Bloques de lana mineral, lana de roca y fibra de vidrio: estos materiales están diseñados para colocar entre las paredes. Se usan para ocupar espacio aéreo que puede transmitir sonido y funcionan perfectamente como aislantes entre habitaciones y diferentes espacios de la casa.
Los paneles acústicos son una versión decorativa de los anteriores. Se hacen en muchos colores, formas y acabados. Son atractivos y pueden ser muy interesantes en viviendas modernas en las que el estilo decorativo prioriza. Insonorizan, decoran y mantiene una estética moderna.
También podemos hablar de paneles sándwich, que están formados por dos láminas metálicas con un corazón de lana de roca que dan unos niveles de aislamiento buenísimos. Se fabrican con diferentes acabados y distintos grosores y se instalan tanto en techos como en paredes interiores y exteriores.
Lo cierto es que estas son sólo algunas opciones. Dentro de la insonorización de una vivienda hay muchísimas opciones en cuanto a materiales. Por este motivo, es un trabajo que siempre deberíamos derivar a un profesional, ya que ellos son los que conocen plenamente el mercado y qué opciones pueden adaptarse a nuestras necesidades.