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El verano es la época ideal para pintar la casa ya que el buen clima favorece que el secado de la pintura sea mucho más rápido. Al poder dejar las ventanas abiertas el tiempo de secado se reducirá al máximo. Es una mejora que cambiará la percepción ya que una casa puede parecer mucho más grande y luminosa simplemente cambiando el color de las paredes. Optar por tonos neutros o el blanco es un acierto seguro, pero es también buena época para decidirse por opciones más atrevidos.
¿Qué otros modos de cambiar vuestro hogar en vacaciones se os ocurren?