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Imagina que estás recogiendo la habitación de los niños y que cuando la tienes lista, sales al salón y encuentras allí parte de su ropa o de los temidos juguetes. ¡Menudo fastidio! ahora que teníamos su cuarto listo, tenemos que empezar otra vez. La fórmula es sencilla: en lugar de ordenar por estancias, hazlo por categorías. De esa forma, siguiendo con el ejemplo que te hemos contado, podrás recoger toooooda la ropa que vas encontrando por la casa, para así comenzar y terminar esta tarea, y poder dedicarte a la siguiente. ¡Así es mucho más efectivo!