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Era una forma de delimitar cada espacio. Un color para el dormitorio, otro para el salón, otro para la cocina y otro para las zonas comunes. Actualmente, aunque seguimos apostando por colores diferentes en determinados ambientes, las casas ya no parecen un arcoíris.
Veredicto: el uso de colores neutros se ha impuesto con mucha fuerza, pues permite que las casas parezcan mucho más amplias. Esto no significa que no podamos dar notas de color diferente en cada estancia, eso sí, esta vez con mucha más mesura.