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En verano, es clave refrescar la casa y a veces hay estancias especialmente calurosas. Esto se debe a:
- Falta de ventilación: si la casa no tiene una buena ventilación, el aire caliente puede acumularse y causar calor dentro de la casa.
- Aislamiento inadecuado: si la casa no está bien aislada, el calor del exterior puede filtrarse y hacer que la casa se caliente más de lo normal.
- Exposición al sol: si la casa está expuesta al sol durante mucho tiempo, especialmente en las horas más calurosas del día, puede acumular calor y hacer que la temperatura interior suba.
- Electrodomésticos: algunos electrodomésticos como la nevera, el lavavajillas y la lavadora generan calor cuando están en uso, lo que puede contribuir a aumentar la temperatura en la casa.
- Iluminación: las luces también generan calor, especialmente las bombillas incandescentes, lo que puede contribuir al calor en la casa.
- Humedad: si la casa tiene una alta humedad, puede ser más difícil regular la temperatura y hacer que se sienta más caliente de lo normal.
- Actividades cotidianas: hacer actividades cotidianas como cocinar, utilizar la plancha o tomar una ducha caliente también pueden generar calor en la casa y hacer que se sienta más caliente de lo normal.