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Si algo da (mucha) envidia de los jardines es la posibilidad de tener una hamaca para echar la siesta a la sombra. Pero, ¿y si cambias el exterior por el interior y colocas una hamaca en la cocina o el comedor? para su sujeción rigen las mismas reglas que en el exterior: dado que tienen que soportar el peso del cuerpo, es importante que los muros, techos o soportes a los que vayan ancladas las sujeciones sean lo bastante resistentes. A diferencia de las hamacas de exterior y, al no estar expuesta a las inclemencias del tiempo, las posibilidades en cuanto a elección de materiales, telas, textiles y materiales son casi infinitas.