Lo primero que deberíamos tener en cuenta es que aunque poner el aire acondicionado a una temperatura más baja nos parezca atractivo, no es lo más recomendable para nuestra salud.
Cuando combinamos un ambiente seco, con una humedad relativa por debajo del 30%, con una temperatura que suponga una diferencia superior a los 10ºC con respecto a la exterior, nuestra garganta se verá afectada, pero también todo nuestro sistema respiratorio.
Podemos decir, por tanto, que un aire acondicionado con un mal uso, puede convertir nuestras viviendas en lugares secos y fríos, algo que se traducirá en laringitis, faringitis, otitis o sinusitis en muchos casos. Además, también podemos sufrir más contracturas y otros problemas musculares, así como migrañas si el frío nos da directamente a la cabeza o la espalda.