Parte de ese crecimiento sostenido y ambicioso se debe, no solo, a las directrices europeas, sino también a las ventajas que tiene el gas renovable. Y es que es un gas con emisiones neutras de CO2 que se genera principalmente a través de la descomposición de residuos orgánicos y es totalmente intercambiable por el gas natural.
De esta manera, puede distribuirse a través de la infraestructura actual de gas natural, que recordemos es una infraestructura subterránea, sin impacto paisajístico y muy resiliente ante fenómenos adversos tipo filomena. Además, dicho gas renovable tiene las mismas aplicaciones que el gas convencional, por lo que no hay que hacer modificaciones en el equipamiento actual que tengamos en nuestros hogares, comercios, industrias...
Por tanto, adquiere un protagonismo clave en el proceso de descarbonización del sector energético y de las ciudades y pueblos de nuestro país. País que, según la comisión europea, es el tercero de europa con mayor potencial de producción de gas renovable o biometano con estas otras características importantes:
- Como hemos apuntado, al tener una composición química y un potencial energético muy similares al del gas natural, puede mezclarse con este último y emplearse para los mismos usos: calefacción, transporte o incluso para la producción de energía eléctrica.
- Es 100% renovable, ya que el biogás del que procede puede originarse a partir de desechos biológicos, cultivos energéticos, lodos de aguas residuales o residuos orgánicos domésticos e industriales.
- Se presenta como una alternativa sostenible al tratamiento de residuos, por lo que entra a formar parte del desarrollo de la denominada economía circular.